No soy de aquí, soy de allá

No soy de aquí, ni soy de allá,

no tengo edad ni porvenir

y ser feliz es mi color e identidad

Alberto Cortez

 El argentino Alberto Cortez se adelantó 30 años a estas épocas llenas de cruces culturales, migraciones mutaciones sociales y en gran contradicción con lo anterior, de unificaciones, uniformizaciones e igualaciones. Tal declaración empata con los postulados literarios que Anzaldúa  y  Fuguet propugnan en sus propuestas estilísticas, donde la ciudadanía política no tiene gran valor y la afiliación cultural e idiomática no siempre coinciden con un territorio específico. Es aquí donde hace sentido el verso  de la canción, pues destruye cualquier anclaje, posicionamiento o sentido de ubicuidad que el ser humano pueda tener, lanzándolo a la incertidumbre y el éter de la ciudadanía global.

América

América

Estos autores  plasman una realidad que sin duda es parte de la experiencia de millones de personas cuyos lugares de nacimiento u origen de una cultura familiar son de América Latina, y que viven, producen y reproducen tanto en Estados Unidos como Europa. Relacionado a esto  me resisto a pensar que esta tendencia literaria representa lo latinamericano en su escencia, de hecho reniegan de esta etiqueta al presentarse al mundo con una envolutura de latinoamericanos, pero globales en su mentalidad,  y en ciertos casos muy locales en su propuesta creativa, locales digo en el sentido de que escriben como estadounidenses o europeos y desde/para lugares en esos confines geográficos. Escribir una historia en castellano en Estados Unidos, según mi criterio, no significa que al sur del Río Grande se deba consignar esas producciones como parte de una categoría siquiera cercana a lo latinoamericano, debería ser una categoría dentro de la literatura estadounidense u europea con ciertas características distintivas.

En lo personal discrepo con esta idea cantada por parte de Cortez  y planteo lo anterior con base en dos argumentos. Primero, debo  matizar en la categorización de las experiencias en cuanto al origen de tal movimiento migratorio, pues no es lo mismo el caso de Martinez y el grupo de poetas chilenos “exiliados” en Canadá, y de Fuguet que fue hijo de “inmigrantes” chilenos en Estados Unidos, que creció bajo la bandera estrellada y el águila, pero sintiendo una legítima nostalgia de la estrella solitaria. En el caso de Gloria, es séptima generación de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, y vinieron a las tierras del norte por motivos económicos principalmente.

Otro punto es la matriz cultural genérica que corresponde a la realidad latinoamericana en cuanto a la lucha de clases, pobreza, distribución de la riqueza, estabilidad política y económica y la corrupción, puntos que al plasmar la matriz en cualquier Estado-nación latinoamericana resulta sorprendente su exactitud. Estos son las materias primas con las cuales los iluminados han creado el artificio literario, bajo el cual se han narrado historias, se han escrito poesías y se han representado escenas en las tablas. Esta matriz no tiene equivalencia en Estados Unidos o Europa, donde los estándares económicos y políticos bajo los cuales viven los exiliados, emigrantes y su descendencia,  corresponden al primer mundo con toda la complejidad social, cultural, lingüística que conlleva, allí en el norte  no existe la precariedad económica que hay en América Latina. Por lo tanto sería una matriz sin características originales en el más puro sentido del concepto de “origen”.

La frontera que se pretende describir sigue siendo un concepto geográfico,  más no de producción. En estos tiempos de indefiniciones, de” mega potlucks” culturales, donde se pretende inculcar a través de la globalización la tendencia a ser uniformes, yo al menos celebro la diversidad, la variedad de historias, temáticas, personajes y artificios que los literatos latinoamericanos pueden producir desde la matriz común que compartimos.  Nuestros hermanos y hermanas en el primer mundo seguirán produciendo para sus públicos, población que se alimenta demográficamente cada día, pero la frontera sigue ahí, omnipresente, indicando que el solo hecho de traspasar esa línea establece que el contexto, la macroestructura, las oportunidades  y la misma historia ya no son los mismos.

La «maravilla» del conocimiento

Nombre

La “maravilla” del conocimiento

Justificación

La “máquina” es concepto de la modernidad capitalista, post revolución industrial y funcionalista. Desde mi perspectiva, la literatura y el lenguaje convergen dentro de una vertiente más naturalista, sin dejar de ser un sistema complejo. Se puede transpolar la estructura de categorías de la “máquina” a un símil dentro del  sistema natural en el cual se reproduzca el fondo más no la forma del sistema literario.

Tras una investigación que tuvo por objeto encontrar un sistema natural que funcione como la metáfora naturalista para la estructura creada,  surgió Humberto Maturana y su teoría de la autopoiesis, basada en el texto “El árbol del conocimiento” escrito en colaboración con Hugo Varela, en este trabajo los autores explican las variables de estructura y funcionamiento biológico del ser humano y la naturaleza y su aplicación al sistema social. De ahí la doble lectura del título de mi propuesta: la “maravilla” del conocimiento, por un lado está el soporte simbólico del sistema que ya se explica en el siguiente párrafo, y por otro lado, la capacidad de asombrar con cada descubrimiento, cada elemento nuevo dentro de la historiografía literaria que se destaca y genera conocimiento.

Al final de esta búsqueda teórica, el sistema escogido para mi sistema fue la hierba de la maravilla, también conocida como girasol, por ser una planta reconocida a nivel global y que carga con una serie de simbolizaciones que se pueden desglosar y correlacionar con un sistema literario.

La “maravilla”

1-Origen diverso, aparece en las literaturas científicas en todo el mundo. Es una hierba conocida en todo el mundo que le da un carácter global.

El origen de las producciones detrás de la idea de una historiografía literaria hispanoamericana también es diverso, desde España y la Europa mediterránea y Africa hasta el oriente medio, India, China y Japón.

2-Naturaleza que crece espontáneamente y se renueva todo el tiempo con un continuo proceso de floración y maduración que se nutre de la luz solar, el tallo es la conexión con la tierra y a otra parte de los nutrientes.

Humberto Maturana elabora el concepto de autopoiesis, que en humanidades se puede explicar como la autoconstrucción del conocimiento a partir de su símil en la naturaleza, donde” la condición de existencia de los seres vivos está en la continua producción de sí mismos”.

La producción literaria tiene su proceso autopoiético en la renovación artificial y natural de su producción en la dimensión espacio-tiempo, a través de un elemento que tiene sus particularidades como es el lenguaje, que a su vez tiene un componente natural biológico, social y evolutivo.

Es un continuo que nace, florece, se desgasta, se marchita y muere hasta la aparición de otro. La naturaleza a través de los genes dota a los seres humanos con las habilidades y destrezas para recoger del espacio y el tiempo los contenidos para crear, además se nutre del contexto o ambiente en búsqueda de orientación y luz creativa.

3-La maravilla es multifacética tiene usos desde la alimentación, uso ornamental, medicinal, espiritual, estético cosmético  y textil.

La literatura es multifacética en sus aproximaciones a la realidad y usos de la misma, hay tema para todo gusto estético, ideología o espiritualidad.

3-Sistema de generación y regeneración natural y evolutiva, diversos procesos y elementos químicos y biológicos concatenados se hacen patentes al ver el producto final: la maravilla.

Se levantan y caen poetas, escritores, narradores y dramaturgos a nivel global. Le evolución temática y aproximación a los vaivenes históricos desde la literatura han variado constantemente, así como la maravilla sigue viva y regenerándose, la literatura no agota sus fuentes productivas y se renueva en cuanto a forma y fondo sistemáticamente, creando diversos nodos y elementos que generan sistemas y subsistemas dentro del entramado historiográfico de la literatura hispanoamericana. Un árbol del conocimiento que tiene sus componentes culturales y biológico-ambientales

Los pétalos de la “maravilla” del conocimiento.

Ñuque mapu (el tallo): madre tierra y proveedora de los nutrientes para la autopoiesis y por ende la producción literaria inherente a su ser, historia y evolución. Lazo permanente de comunicación y reflexión en la construcción del conocimiento americano.

El dorado: espacio de producción donde los recursos del lenguaje reproducen una realidad de la evolución histórica americana y exacerban la imaginación de los no americanos

Oubao: espejo cultural de los africanos traídos a las islas y costas del Caribe

Pagoda: recurso descriptivo de la cultura del extremo oriente y las réplicas o coincidencias en América

Fragmentos: tendencias estéticas y de contenido asimiladas desde las artes visuales

Modernismo hispanoamericano: Reacción a la modernidad capitalista y su exacerbada simbolización economicista en la sociedad burguesa. Una nueva mirada a la realidad gracias a la aparición de la fotografía

Potluck: Diversos ingredientes de una gran ensalada cultural. Historias y relatos de diverso origen y entendidos bajo la legitimidad creativa que la globalización y transculturación les provee a los nuevos literatos

Bolaño transaltlántico: el reinventor de la literatura latinoamericana, puente transatlántico entre España e Hispanoamérica, portador de una experiencia transfronteriza que le permite escribir desde Sudamérica, México y España  con la misma legitimidad como si fuera chileno, mexicano o español.

Exiliados en su propia casa

El arte de escribir

Técnicamente, el exilio es un retiro forzado de una persona fuera de las fronteras nacionales; este individuo es obligado a salir por las circunstancias, los vaivenes políticos, económicos y culturales en las sociedades de esta que es la modernidad capitalista. Existen también aquellos exilios voluntarios de anacoretas y sabios que se retiran a una vida solitaria y de meditación en solitarios parajes llenos de inspiración en la naturaleza. Siguiendo la lógica de Gutierrez en su artículo, la sola presencia del arte y los artistas en las sociedades civiles,son molestas para el poder y por lo tanto son voces acalladas y castigadas con el exilio, a veces concretado con la huida apresurada hacia las fronteras y otras veces silenciados por la indiferencia del sistema social y cultural de un Estado-nación,

Al revisar el flujo de información de América Latina, tan profuso gracias a internet, noto con cierta preocupación que el fenómeno de la decadencia de la educación en las letras y humanidades es una constante y no una excepción en las administraciones de los gobiernos tanto de derecha neoliberal, como también las socialdemocracias en el continente hispano. Cada vez mas los hombres y mujeres de letras y las humanidades en general van quedando en el olvido  y exiliados en sus propios países. Bien lo decía la alegoría del «cuento del Rey» donde el monarcas pide asesoría a sus tecnócratas, quienes deliberan y condenan a un poeta a la profesión de organillero. Hoy los tecnócratas con sus tecnicismos financieros y tecnológicos son los que administran la cultura y el devenir intelectual de las naciones americanas.

Ejemplos de esto en las sociedades burguesas contemporáneas tenemos en  Chile, donde el gobierno liberó un decreto en el cual se reducen las clases de historia al mínimo en el sistema público de educación primaria y secundaria, también se crearon fondos de becas para perfeccionamiento profesional y estudios de postgrado, donde el 90% de las mismas están destinadas a profesionales de la ingeniería y los negocios. En Ecuador el gobierno hizo una gran reforma de la educación superior, inyectando millones de dólares para investigación y perfeccionamiento docente, siento la gran mayoría de este dinero para las áreas de la ingeniería, las finanzas, el turismo y la economía. En Norteamérica se ven los nuevos edificios de las facultades de economía y negocios en las grandes universidades, y las letras están siendo relegadas al exilio en los rincones más vetustos y fríos.

¿Que hace el artista en este contexto tan sombrío? Crear, crear y crear, hacer como los modernistas de su época, actuar como burgueses en la división del trabajo,  pero evocar civilizaciones desaparecidas, edades pasadas o tiempos muertos en la construcción de una realidad más humana, hacer poesía a pesar que la tecnocracia la aborrece porque hace pensar a las masas, las hace instruirse, y por lo tanto es el caldo de cultivo de las revoluciones. «Quieren matar al pensamiento humano» dijo el filósofo Bolivar Echeverría respecto al exilio que sufren la filosofía y los estudios de la reflexión humana, pero siempre hay un remanente fiel, un grupo o grupúsculo que seguirá produciendo historias, conocimientos y reflexiones. Ese es el grupo al cual pertenezco, germen de pasiones desenfrenadas, imaginarios colectivos y revoluciones.

Recortes creativos

Rubén Darío

Qué tarea titánica y no comprendida la del narrador de historias que tiene sobre sus hombros la responsabilidad de recortar un pedazo de realidad y traspasar ese recorte hecho palabras a su audiencia. Bajo criterios que cree legítimos, el escritor fija su atención, analiza y finalmente decide trabajar sobre ese trozo de realidad y no otro, deja de lado millones de otras historias y detalles de otros trozos de realidad, por entablar un diálogo con su imaginación y concretar ese viaje creativo en una historia para contar a aquellos que tengan interés en escucharla, leerla o también mirarla detenidamente en una recreación audiovisual en la mente.

Para ilustrar ese derecho del escritor a elegir el lente con el cual apropiarse de esa realidad, debo recurrir a Rubén Darío y esa capacidad descriptiva de las escenas que transcurren en sus historias. Definitivamente Darío recorta la realidad, la piensa, trabaja, concreta y escribe no para leerla sino para mirarla y observarla a través de la lectura, tal como si fuera un guión cinematográfico o una fotografía, existe una clara definición de ambientes, colores y detalles imperceptibles a la vista normal de un cazador de narraciones, pero recurrentes en cada párrafo de las historias en Azul.

Se asume con el escritor nicaragüense que el mundo literario apunta a recrear la realidad a través de los sentidos de la vista y el sonido bajo esta propuesta narrativa,  tras los vaivenes del siglo XIX, otra dimensión comunicacional se asomaba en la humanidad con la aparición de la fotografía primero y el cine a finales de este siglo. Probablemente atraído por la capacidad de retratar la realidad de la nueva tecnología visual, Darío fue un precursor de los grandes guionistas y directores de fotografía de los filmes modernos.

Como no imaginarse los olores, la brisa, la gente, el ambiente, las costumbres del Valparaíso de segunda mitad del Siglo XIX al leer el cuento «En busca de cuentos», esta era la gran ciudad-puerto cosmopolita y bohemia del Pacífico antes de la construcción del Canal de Panamá. La capacidad de representar mediante imágenes en las descripciones de las escenas es notable en Darío. El encuadre desde donde el autor capturó  esa fotografía mental y luego la hizo texto, está presente en la lectura, incluso el ángulo desde el cual se visualiza y describe la narración, me lleva como lector a imaginarme con lujo de detalles esos trajes, los diálogos profesionales de los distintos oficios y en general el devenir de la cotidianidad porteña.

Rubén Darío demuestra en su producción esa libertad de acción y pensamiento como capturador de realidades que se habla al principio de este artículo, como escritor y revolucionario de la literatura hispanoamericana, dejó como legado sus guiones-cuentos, sus fotografías-relato para el deleite de las generaciones.

Locuras anuales

Collage. Fragmentario. fragmentar….. Fragmento 1. Es el mediodía y las ventanas están húmedas de tanta lluvia acumulada, una ráfaga de luz se entremezcla entre los claroscuros de la amplia habitación. Los olores del caldo recién hecho se cristalizan en el ambiente y se tornan en un estímulo más para la acción. El grito ensordecedor establece el curso de la realidad, que dura, intransigente y soberana dictamina que un niño de casi dos años se caiga y se rompa el brazo, que llore y en un infinito abrazo se funda con su madre en el más tierno y necesitado de los abrazos. Vendas y caricias aplacan el ímpetu del dolor, pero el color de esa angustia seguirá latente en los anaqueles de la memoria.

Fragmento 2. La sombra del humo en los árboles le dan un aspecto lúgubre al paisaje. El sonido ronco, cavernario y sintético del tren anuncia la hora exacta y el motivo de su paso por el medio de la ciudad de las nubes. Tres son los hombres que parados sobre los vagones de la máquina mueven sus brazos uniformemente, a un ritmo cansino y sosegado, sin aspavientos ni escándalos apocalípticos, serenos y con la mirada fija en lontananza. Ellos son los gurúes, los guías y semidioses del olimpo ferroviario que allí parados al filo del vagón y con la mirada fija en la vía, con sus movimiento de brazos le dan dirección y sentido al recorrido, pues así como el tren es ciego y no ve el camino por donde lo llevan, el maquinista solidariza con su máquina en vías llenas de recovecos y atajos. Dueños del aire y del sol, del frío del invierno y del calor veraniego, ellos son los faros que alumbran el camino allá en el sur, donde el óxido del tiempo nunca acaba de roer.

Fragmento 3. El mar es verde, y los hombres que la habitan también, hay seres y criaturas extrañas que han sido promocionadas como parte de la mitología universal por el dogma darwiniano. La luna es roja y la arena blanca se transforma en una plataforma donde los seres mitológicos le dan la bienvenida al sol y no aceptan las miradas ni coqueteos de extranjeros y advenedizos en estos territorios marcados por las cenizas de los volcanes.

Fragmento 4. La roca más famosa de la historia. Motivo de guerra y muerte. Enorme murallón digno de reverencias de moros y cristianos, continentales e isleños. Por ti se mueven los mares y los ejércitos sueñan con coronarte en gloria y majestad.

Fragmento 5. «Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco» Huidobro. 1931

Fragmento 6. Esto sí es poesía. ¿o no?

Borges y la síntesis infinita

Martín Fierro en las pampas argentinas

Mientras más leo a Borges, más perplejo y sumido en la entropía literaria estoy tras la lectura; y no porque el escritor argentino lo haya visualizado así setenta años atrás (aunque me temo que algo de eso hay también), sino que las historias, los personajes, las vertientes literarias y filosóficas detrás de tan cortos relatos (síntesis) se me abren a un universo amplio, inacabable y fascinante (infinito) que conlleva un  proceso continuo de re-creación

Que coraje el de Borges tras aquel impulso creativo de crear un desenlace imprevisto a la más grande obra épica argentina de todos los tiempos como es «Martín Fierro», tomó un episodio de los cientos de relatos contados en forma de verso en el texto de Hernández y puso allí de sus cimientos creativos, de sus estandartes narrativos, de esa infinita riqueza dramática para lograr crear a un Recabarren, pulpero vasco de segunda generación americana, testigo sin querer de la muerte de un hombre leyenda como Martín Fierro, el gaucho que muere a manos de un negro. En sintéticas 998 palabras captura ese momento y re-elabora otro Martín Fierro, otra historia infinita desligada completamente de su original, parece tener un secreto, parece dominar la naturaleza,  tal como lo enuncia en su propio texto «hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo», creo que Borges sedujo a la tarde de esa llanura, sacó su secreto mejor guardado y lo puso en forma de cuento para que sigamos leyendo al clásico argentino en los siglos venideros.

En otra obra existe una intriga total por descubrir esa luz del Aleph en las aventuras del «Cantor de Tango» de Eloy Martinez, tanto ha penetrado ese concepto de la plenitud del ser, del descubrimiento de la verdad y tantos otros adetivos que la luz provoca en la imaginación de los lectores, que hasta un simple embustero bonaerense cae rendido ante los resplandores del destello de Borges en su obra. Eloy Martinez evoca a Borges al lograr una síntesis de una ciudad tan laberíntica como Buenos Aires en un tango, la tristeza que provoca el recuerdo de tiempos pasados, las historias paralelas ante un acontecimiento tan cotidiano como el saber que la vida se va en un día, asi nos hacemos infinitos e inmortales, solitarios y pasajeros.

Un provocador profesional es Borges, que con calculada pluma, amenaza la estabilidad del universo con intervenciones prístinas, algo tan alejado de su ser y su discurso, pero presente alli a pesar de sus propios gustos. Un goce para los lectores, una delicia para los enamorados de Borges, un dolor de cabeza para los puristas de la narrativa de largas y complejas historias, con tramas y personajes desarrollados a la saciedad en una obra. Quizás por eso no gano el Nobel, porque sus historias solo son de dos páginas y no representan un valor agregado por el grosor de sus libros.

Juegos de inmortalidad

Viaje sin tregua al conocimiento

Los viajes iniciáticos son un motivo recurrente en la literatura de todos los tiempos y con la habilidad narrativa de Borges, este recorrido se plantea desde una perspectiva liberadora, explosiva y por supuesto, inmortal. Me ha hecho revisar y personificar mi propio recorrido iniciático por la literatura hispanoamericana en la alegoría con los personajes del relato borgiano. Una reflexión creo que oportuna tras ir descubriendo engranajes variopintos y desconocidos de una máquina cultural compleja y que para este maquinista ha significado un eterno viaje lleno de laberintos.

El camino está lleno de mercenarios, tipos auto denominados gurús de la literatura que invierten el tiempo haciéndose la fama de seres letrados, pertenecientes a las elites intelectuales y conocedores de los conspicuos caminos que llevan al a conocimiento, al final lo abandonan a uno sin pena ni gloria, tal como en el cuento de Borges, pues el vacío de estos personajes es tal que por unos cuantos pesos son capaces de renunciar a ideología, principios y valores defendidos a ultranza. Vargas Llosa puede ser un fiel representante de esta categoría tras su paso exitoso por el boom latinoamericano y posterior «reinvención» neoliberal.

Están también los trogloditas, seres que sin el comercio de la palabra, hacen de la oralidad y la trama sígnica una compleja operación de codificación, donde todo tiene su lugar, su espacio y hasta un nombre definido, acordado y utilizado socialmente, pero no escrito y por lo tanto no registrable por la pluma curiosa de la historia moderna. Una gran parte de las culturas precolombinas pueden denominarse las trogloditas de América, poseedores de historias no escritas, contadas por generaciones y por lo tanto inmortales.

Argos es el espacio de la incertidumbre y la encrucijada creadora, es un universo paralelo tan irreal como la imaginación de Roberto Bolaños en sus Detectives Salvajes. Todo es real y al mismo tiempo irreal, dependiendo del crisol con que se mira la realidad, esta puede ser gris o azul, blanca o negra ó simplemente no existir. Tanto poder hay en Argos, que puede decidir acabar con la historia, incluso conmigo mismo. Tal es el camino recorrido en el engranaje de La Isla que se repite.

Finalmente está el mito de la ciudad de los inmortales es otra construcción que se asemeja mucho a la propia literatura hispanoamericana, cimentada en otra ciudad anterior, en otras vertientes anteriores, en diversas cosmovisiones, la nueva construcción se parece mucho a esa ciudad sin reconocimiento, buscada con frenesí pero al verse descubierta muestra todos sus ripios y contradicciones.

Codificación, mentira y mitificación

Periodismo al acecho

Bajo los parámetros de la isla pigliana la codificación de signos verbales, concretados en palabras, marca la formación de un elemento trascendental en la construcción de la sociedad moderna: la verdad. Dentro de este análisis puedo distinguir que los dueños de la verdad hoy en día no son los presidentes ni los jueces, ni los más eruditos académicos ni menos los líderes religiosos del mundo. La verdad está en manos de los profesionales del verbo, los periodistas son los dueños de la verdad social e individual porque también son los dueños de la palabra.

El periodismo es el poder sin poder, la voz de los sin voz y escudo de los poderosos, y se ha convertido en la maquinaria de construcción de realidad social simbólica más sofisticada de la historia humana. Si bien, juglares, poetas, cronistas y escribanos  con sus humildes plumas y papeles fueron los registradores por excelencia de la historia  oficial y además embriones de lo que se conoce como periodistas, la capacidad de transmisión de datos que la tecnología brinda ahora a los profesionales de la  información, les hace dominadores comunicacionales de la isla, influenciando en la capacidad de decisión de sus habitantes.

No hay duda que hoy en día, y retomando al buen Rodrigo Alsina, la realidad social subjetiva, aquella que construye el individuo en base a los estímulos exteriores producidos por la comunicación interpersonal y la literatura, está influenciada por la basta información que se procesa por parte de los medios, es un conocimiento adquirido que colabora fuertemente en el conocimiento y la capacidad de codificación del individuo de la realidad que le circunda y le produce arraigo e incluso opinión respecto a este contexto en el cual vive. El periodismo también cumple con la misión de recoger esas palabras hechas opinión, procesar esa materia prima verbal, aplicarle varias categorías de análisis y edición y lanzar esa información en un formato de noticia televisiva, denota para internet o periódico y un spot de  radio.

Hablando de música, los periodistas serían entonces los interpretes de aquella partitura que tantos momentos de encrucijada ha producido en el devenir de la humanidad. Estas melodía han resonado en la vida en la vida de millones a través de los medios produciendo una catarsis verbal colectiva en forma de punta de la flecha que irrumpe en el tiempo y el espacio y genera otro elemento  simbólico dentro de la construcción de realidad: la historia.

Finalmente, los mitos sociales se producen gracias a las historias que las palabras han creado por una sobrecarga de información que algunas sociedades producen, se tiende a leer e interpretar estos mitos como construcción social, pero en realidad quien produce esta información es el periodismo, que desde mi perspectiva es el continuador de la tradición de la palabra de Piglia en su isla encantada.

La mejor novela todavía está por escribirse

El mejor Quijote todavía no se escribe y el gran Cervantes todavía no nace, la prosa sosegada e ingeniosa de Saramago está por escribirse, la parodia narrativa del Bolaños chileno-méxico-español no está ni siquiera en imprenta, los versos telúricos del canto nerudiano se escriben en la mente soñadora de alguien y las obras de Lope de Vega esperan estreno. Sí, se que suena altisonante y pretensioso, pero es la conclusión final que extraigo tras absorver la fibra de la declaración de principios de Macedonio Fernández, quien pretensiosamente también enarbola las banderas de la libertad de creación del autor y la independencia de la obra respecto del mismo autor y declara ante el quehacer creativo divino que «todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho» queriendo decir todo lo contrario.

Qué motivo más creativo para Fernández que el de la intervención divina, que después de 7 días logró la existencia del universo, del mundo conocido y todo aquello que lo llena y eso que irónicamente ya todo estaba escribo y hecho. Sin duda que la chispa divina puede encenderse nuevamente y generar un movimiento cósmico que algún autor inspirado pueda atrapar en alguna producción literaria. El milagro creativo y la transformación de lo imaginable en imaginado es posible para la pluma inspirada del mejor escritor, que insisto, todavía está por nacer. Ese inédito Bolaño que busca su inspiración en esa explosión creadora, ese desconocido Lope que está inmerso dentro de la gran trama mundial en búsqueda del retrato perfecto de la sociedad en el gran espacio escénico universal.

Me pregunto ¿qué temáticas abordarán los nuevos Cervantes? ¿se superará el viejo adagio del bien y el mal? ¿cuáles serán los nuevos personajes del Quijote? ¿que motivaciones tendrá el nuevo Neruda? y ¿cómo impactará socialmente la obra dramática del Calderón de la Barca que está por existir?. Pensar en los  elementos de análisis para los críticos de estas obras que ven la luz todavía es un desafío epistemológico de gran calibre. ¿Será que  todavía queda un mundo por escribir, por inventar, por descubrir o es un recurso escatológico de un Fernández que buscaba simplemente figurar en el espectro de la crítica literaria de la primera parte del siglo XX? cuando Bolaños todavía no nacía para escribir sus Detectives Salvajes, García Márquez y Vargas Llosa eran niños de pecho y ni siquiera Neruda y Gabrila Mistral figuraban en el espectro literario mundial.

Aventurarse a dar una respuesta a esta interrogante sería redundar. Parafaseando al escritor argentino, creo que el autor de esa obra perfecta que tanto reclaman los críticos del siglo XX y XXI que está por venir, ya se encuentra entre nosotros. Este será el iluminado que sacará su pluma del tintero y hará vibrar en sus tumbas a todos esos grandes que hemos nombrado en este artículo. Pronto, pronto se llenará ese vacío que dejó Bolaño, el más reconocido autor de habla castellana desde hace 20 años y tendremos los versos más bellos que la humanidad haya leído con la profundidad poética  y estética del refundado Rubén Darío.

Obeso, radionovelista apasionado

Candelario Obeso

La aproximación al espesor del lenguaje poético en Obeso es compleja debido a los usos coloquiales que hace el poeta en sus versos. Existen un sinnúmero de las palabras utilizadas en el poema “Los palomos” de Los cantos populares de mi tierra que denotan el uso de modismos del habla cotidiana y unas formas de escritura tan relajadas como si se tratara de un diálogo entre amigos, ¡eso es!; es un relato descriptivo contado a sus amigos bajo las sombras de un árbol y todavía con la escena descrita en frente de sus ojos.

Me imagino ésta escena como parte de una obra de un radioteatro naturalista ubicado en el caribe colombiano y puesta a la merced de Candelario Obeso para que en su particular jerga, utilice a esos palomos y sus relaciones sociales con sus pares como ejemplos de conductas que el poeta ve y describe en un acto de fabulación consciencia. En el juego de las comparaciones los seres humanos perdemos mucha de esa humanidad en relación a la versión de la solidaridad, romance y el sentido de familia y cuidado familiar que tienen los palomos.

Acaso no resulta un ejercicio de pura percusión afrocaribeña el leer en voz alta este poema que más que poema es una canción, una melodía que se masca y digiere de manera natural. Esta disposición de ritmos tiene equivalencia con las imágenes que la historia contada evoca en el lector, pues la estructura de versos de este poema no hace más que ordenar el relato de forma que tiene una introducción, que en la semántica del primer verso hace sentido con el concepto de solidaridad, pues dice que aunque son unos seres sin recursos, o sea pobres, enseñan a los mortales a como ser unos responsables y equivalentes en las cargas de trabajo que dan los hijos.

Aunque inentendibles para el hablante común del castellano del siglo XXI, algunas de las palabras forman ideas que solo se entienden a través de las figuras retóricas, existe claramente una comparación entre los palomos y los seres humanos, que aunque ni los nombra en sentido estricto, en el enunciado “nos enseñan” asume la carga que la figura de la metonimia, o sea la parte por el todo, hace de la humanidad entera.

La personificación es patente, por eso antes se dijo que la fabulación es extrema, la lección o moraleja de dos palomos que construyen su nido y su hogar y reciben a sus crías no es más que un recurso para la reflexión de los lectores que incluidos en el este relato que el autor hace a sus amigos, debe suscitar un cambio de actitud. La alegoría también es un recurso de Obeso para representar esta idea de solidaridad entre los animales y que en la lección moral que pretende dar en el poema, toma fuerza a través de la figura de dos aves.

Y por su puesto la aliteración, cuyo objetivo es sonorificar un poema y darle un patrón casi musical, el hecho de imaginar el sonido como si fuera el hablante lírico o el mismísimo autor el que estuviera detrás del texto hablando y contando la historia tal como lo haría a sus amigos, bajo la sombra de unos árboles caribeños.

Los palomos
(Candelario Obeso)

Siendo probe alimales lo palomos,
A la gente a sé gente noj enseñan;
E su condúta la mejó cactilla,
Hay en sus moros efertiva cencia,

Nacen los ros sobre la mimas pajas;
Y allí se etán hata en repué que vuelan;
Maj asina chiquitos, entre er nío
Se rán caló, entre juntos, y se besan.

Luego que tienen plumas suficiente
Pa anderegueá volando po-onde quiera
Cuto rá veclos arrullacse amante
Sobre lo palos o la vecde yecba…

Guto ra er vé lo afanes der palomo
Si otro palomo pora allí se acecca…
El eponja er pejcuezo y la colita,
Y ra arrullando murtitú re güerta!

Eto a los’ojo re ella loj etraños
É re cariño la efertiva muetra…
En eta clase re alimales nunca
No ra unl vi.saje re macdá lajembra

Ya etá con güevo la paloma… Entonce
Maravilla re junto la recencia,
La pajita y la s’hoja pa la casa
La carga er y la compone ella…!

Allí lo ve amorosos la mañana,
Tamién allí la noche loj encuentra,
Ambos a ros calientan su güevitos
Ambos, en siendo sere, lo alinlelltan!

Siendo probe alimales lo palomos
Se aprende en ello má que en la j´Ecuela.
Yo, poc lo meno, |en su cocto libro
Eturio re la vida la maneras…!