La mejor novela todavía está por escribirse

El mejor Quijote todavía no se escribe y el gran Cervantes todavía no nace, la prosa sosegada e ingeniosa de Saramago está por escribirse, la parodia narrativa del Bolaños chileno-méxico-español no está ni siquiera en imprenta, los versos telúricos del canto nerudiano se escriben en la mente soñadora de alguien y las obras de Lope de Vega esperan estreno. Sí, se que suena altisonante y pretensioso, pero es la conclusión final que extraigo tras absorver la fibra de la declaración de principios de Macedonio Fernández, quien pretensiosamente también enarbola las banderas de la libertad de creación del autor y la independencia de la obra respecto del mismo autor y declara ante el quehacer creativo divino que «todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho» queriendo decir todo lo contrario.

Qué motivo más creativo para Fernández que el de la intervención divina, que después de 7 días logró la existencia del universo, del mundo conocido y todo aquello que lo llena y eso que irónicamente ya todo estaba escribo y hecho. Sin duda que la chispa divina puede encenderse nuevamente y generar un movimiento cósmico que algún autor inspirado pueda atrapar en alguna producción literaria. El milagro creativo y la transformación de lo imaginable en imaginado es posible para la pluma inspirada del mejor escritor, que insisto, todavía está por nacer. Ese inédito Bolaño que busca su inspiración en esa explosión creadora, ese desconocido Lope que está inmerso dentro de la gran trama mundial en búsqueda del retrato perfecto de la sociedad en el gran espacio escénico universal.

Me pregunto ¿qué temáticas abordarán los nuevos Cervantes? ¿se superará el viejo adagio del bien y el mal? ¿cuáles serán los nuevos personajes del Quijote? ¿que motivaciones tendrá el nuevo Neruda? y ¿cómo impactará socialmente la obra dramática del Calderón de la Barca que está por existir?. Pensar en los  elementos de análisis para los críticos de estas obras que ven la luz todavía es un desafío epistemológico de gran calibre. ¿Será que  todavía queda un mundo por escribir, por inventar, por descubrir o es un recurso escatológico de un Fernández que buscaba simplemente figurar en el espectro de la crítica literaria de la primera parte del siglo XX? cuando Bolaños todavía no nacía para escribir sus Detectives Salvajes, García Márquez y Vargas Llosa eran niños de pecho y ni siquiera Neruda y Gabrila Mistral figuraban en el espectro literario mundial.

Aventurarse a dar una respuesta a esta interrogante sería redundar. Parafaseando al escritor argentino, creo que el autor de esa obra perfecta que tanto reclaman los críticos del siglo XX y XXI que está por venir, ya se encuentra entre nosotros. Este será el iluminado que sacará su pluma del tintero y hará vibrar en sus tumbas a todos esos grandes que hemos nombrado en este artículo. Pronto, pronto se llenará ese vacío que dejó Bolaño, el más reconocido autor de habla castellana desde hace 20 años y tendremos los versos más bellos que la humanidad haya leído con la profundidad poética  y estética del refundado Rubén Darío.

Deja un comentario