Locuras anuales

Collage. Fragmentario. fragmentar….. Fragmento 1. Es el mediodía y las ventanas están húmedas de tanta lluvia acumulada, una ráfaga de luz se entremezcla entre los claroscuros de la amplia habitación. Los olores del caldo recién hecho se cristalizan en el ambiente y se tornan en un estímulo más para la acción. El grito ensordecedor establece el curso de la realidad, que dura, intransigente y soberana dictamina que un niño de casi dos años se caiga y se rompa el brazo, que llore y en un infinito abrazo se funda con su madre en el más tierno y necesitado de los abrazos. Vendas y caricias aplacan el ímpetu del dolor, pero el color de esa angustia seguirá latente en los anaqueles de la memoria.

Fragmento 2. La sombra del humo en los árboles le dan un aspecto lúgubre al paisaje. El sonido ronco, cavernario y sintético del tren anuncia la hora exacta y el motivo de su paso por el medio de la ciudad de las nubes. Tres son los hombres que parados sobre los vagones de la máquina mueven sus brazos uniformemente, a un ritmo cansino y sosegado, sin aspavientos ni escándalos apocalípticos, serenos y con la mirada fija en lontananza. Ellos son los gurúes, los guías y semidioses del olimpo ferroviario que allí parados al filo del vagón y con la mirada fija en la vía, con sus movimiento de brazos le dan dirección y sentido al recorrido, pues así como el tren es ciego y no ve el camino por donde lo llevan, el maquinista solidariza con su máquina en vías llenas de recovecos y atajos. Dueños del aire y del sol, del frío del invierno y del calor veraniego, ellos son los faros que alumbran el camino allá en el sur, donde el óxido del tiempo nunca acaba de roer.

Fragmento 3. El mar es verde, y los hombres que la habitan también, hay seres y criaturas extrañas que han sido promocionadas como parte de la mitología universal por el dogma darwiniano. La luna es roja y la arena blanca se transforma en una plataforma donde los seres mitológicos le dan la bienvenida al sol y no aceptan las miradas ni coqueteos de extranjeros y advenedizos en estos territorios marcados por las cenizas de los volcanes.

Fragmento 4. La roca más famosa de la historia. Motivo de guerra y muerte. Enorme murallón digno de reverencias de moros y cristianos, continentales e isleños. Por ti se mueven los mares y los ejércitos sueñan con coronarte en gloria y majestad.

Fragmento 5. «Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco» Huidobro. 1931

Fragmento 6. Esto sí es poesía. ¿o no?

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