Obeso, radionovelista apasionado

Candelario Obeso

La aproximación al espesor del lenguaje poético en Obeso es compleja debido a los usos coloquiales que hace el poeta en sus versos. Existen un sinnúmero de las palabras utilizadas en el poema “Los palomos” de Los cantos populares de mi tierra que denotan el uso de modismos del habla cotidiana y unas formas de escritura tan relajadas como si se tratara de un diálogo entre amigos, ¡eso es!; es un relato descriptivo contado a sus amigos bajo las sombras de un árbol y todavía con la escena descrita en frente de sus ojos.

Me imagino ésta escena como parte de una obra de un radioteatro naturalista ubicado en el caribe colombiano y puesta a la merced de Candelario Obeso para que en su particular jerga, utilice a esos palomos y sus relaciones sociales con sus pares como ejemplos de conductas que el poeta ve y describe en un acto de fabulación consciencia. En el juego de las comparaciones los seres humanos perdemos mucha de esa humanidad en relación a la versión de la solidaridad, romance y el sentido de familia y cuidado familiar que tienen los palomos.

Acaso no resulta un ejercicio de pura percusión afrocaribeña el leer en voz alta este poema que más que poema es una canción, una melodía que se masca y digiere de manera natural. Esta disposición de ritmos tiene equivalencia con las imágenes que la historia contada evoca en el lector, pues la estructura de versos de este poema no hace más que ordenar el relato de forma que tiene una introducción, que en la semántica del primer verso hace sentido con el concepto de solidaridad, pues dice que aunque son unos seres sin recursos, o sea pobres, enseñan a los mortales a como ser unos responsables y equivalentes en las cargas de trabajo que dan los hijos.

Aunque inentendibles para el hablante común del castellano del siglo XXI, algunas de las palabras forman ideas que solo se entienden a través de las figuras retóricas, existe claramente una comparación entre los palomos y los seres humanos, que aunque ni los nombra en sentido estricto, en el enunciado “nos enseñan” asume la carga que la figura de la metonimia, o sea la parte por el todo, hace de la humanidad entera.

La personificación es patente, por eso antes se dijo que la fabulación es extrema, la lección o moraleja de dos palomos que construyen su nido y su hogar y reciben a sus crías no es más que un recurso para la reflexión de los lectores que incluidos en el este relato que el autor hace a sus amigos, debe suscitar un cambio de actitud. La alegoría también es un recurso de Obeso para representar esta idea de solidaridad entre los animales y que en la lección moral que pretende dar en el poema, toma fuerza a través de la figura de dos aves.

Y por su puesto la aliteración, cuyo objetivo es sonorificar un poema y darle un patrón casi musical, el hecho de imaginar el sonido como si fuera el hablante lírico o el mismísimo autor el que estuviera detrás del texto hablando y contando la historia tal como lo haría a sus amigos, bajo la sombra de unos árboles caribeños.

Los palomos
(Candelario Obeso)

Siendo probe alimales lo palomos,
A la gente a sé gente noj enseñan;
E su condúta la mejó cactilla,
Hay en sus moros efertiva cencia,

Nacen los ros sobre la mimas pajas;
Y allí se etán hata en repué que vuelan;
Maj asina chiquitos, entre er nío
Se rán caló, entre juntos, y se besan.

Luego que tienen plumas suficiente
Pa anderegueá volando po-onde quiera
Cuto rá veclos arrullacse amante
Sobre lo palos o la vecde yecba…

Guto ra er vé lo afanes der palomo
Si otro palomo pora allí se acecca…
El eponja er pejcuezo y la colita,
Y ra arrullando murtitú re güerta!

Eto a los’ojo re ella loj etraños
É re cariño la efertiva muetra…
En eta clase re alimales nunca
No ra unl vi.saje re macdá lajembra

Ya etá con güevo la paloma… Entonce
Maravilla re junto la recencia,
La pajita y la s’hoja pa la casa
La carga er y la compone ella…!

Allí lo ve amorosos la mañana,
Tamién allí la noche loj encuentra,
Ambos a ros calientan su güevitos
Ambos, en siendo sere, lo alinlelltan!

Siendo probe alimales lo palomos
Se aprende en ello má que en la j´Ecuela.
Yo, poc lo meno, |en su cocto libro
Eturio re la vida la maneras…!

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